La herida de la indignidad y la de la vergüenza son heridas de la infancia que provocan que de adulta te avergüences, por miedo a humillaciones que has sufrido de niña.
Ya hemos hablado de las heridas de la infancia, que son traumas emocionales causados en nuestra edad temprana y que configuran como somos de adultas. La herida del abandono en la infancia provoca en la edad adulta un miedo a ser abandonadas y rechazadas, y hay que sanar esta herida conectando con esa niña, sabiendo perdonar y sabiendo dejar ir.
De pequeña, puede que hayas oído un comentario como “siempre nos haces quedar mal”, “mira lo qué has hecho”, “qué torpe que eres”…Todas estas palabras cargadas de desaprobación y crítica, especialmente, en la infancia, provocan que configures una herida muy profunda de vergüenza.
Y es que cualquier ser humano, especialmente, una niña, hará lo que sea por complacer a sus padres, para conseguir su amor. Por este motivo, ante estos comentarios y esta actitud, se siente humillada y avergonzada. Se forja la herida de la vergüenza y la indignidad y se da paso a una personalidad configurada alrededor de un sentimiento de culpa y de vergüenza constantes.
Cómo saber si tienes la herida de la indignidad
Seguramente te estarás preguntando si algunos de los patrones que sigues como mujer adulta resuenan con esta herida de la indignidad y la vergüenza. Voy a describirte las actitudes y sentimientos que suelen tener estas personas, para que tú misma veas si te sientes identificada.
Quienes tienen esta herida, suelen sentirse indignas de amor, avergonzadas de cómo son por dentro, y muchas veces, también por fuera: se avergüenzan de su cuerpo. Muchas veces, sienten una gran vergüenza en el ámbito sexual.
Son mujeres que pueden llegar a negarse ciertos placeres de la vida porque no creen ser dignas de ellos, y sienten una gran culpa. De aquí su tendencia a negarse momentos para ellas y autocastigarse. Además, se descuidan a ellas mismas, no van al médico ni se preocupan por su propia salud.
También suelen anteponer las necesidades de los demás a las suyas, creando una sensación ambigua de sentirse explotadas, pero no querer cambiar esto, porque no se creen merecedoras de más.
Como sanar la herida de la indignidad y la vergüenza
Es importante saber cómo sanar esta herida. Quiero darte 4 claves para que empieces a sanar a tu niña interior.
Sana la herida de la indignidad recuperándote y dándote la dignidad y el respeto que mereces.
Sana tu niña interior evitando culparte. Empieza hoy mismo.
Sánate escuchando y respetando tu cuerpo: ves al médico si hace falta.
Dedícate tiempo a ti misma: permítete ser quien tú quieras ser, date placeres, quiérete y acéptate.
Recuerda que las heridas de tu niña interior son una metáfora de todo nuestro mundo emocional. No tengas miedo de tu propia vulnerabilidad, analízate, conócete, y atrévete a encontrar tu fortaleza sanando esta niña herida.
Sé feliz.
Neus.